pequeños arroyos (de Canillas, del
Chivo, de Monte Corto, Arroyo Dulce…) dejando a sus lados las tierras de los
cortijos, Rizo, Arroyo dulce, El Trobal, La Basurta, Jara y
Jarilla…
En principio es de esperar una
zona seca y árida. Sin embargo, nos encontramos con una zona de monte bajo, de
una soledad impresionante y con un conjunto de lagunas de gran belleza. . No
recomendada en verano ni en época de lluvias.
Después de pasar Gibalbín, donde desayunamos, cogimos un camino que sale a la derecha
bastante duro por el desnivel y las grietas que forman el agua al bajar dejándonos
sólo paso por los dos laterales, hasta que coronamos.
De pronto se abrió ante nosotros una zona de
colinas y monte bajo, muy solitaria con una bajada bastante trialera, por un
camino muy poco usado, comido por la vegetación y con el suelo irregular. Cogemos
por la izquierda.
Pronto vemos una bella laguna a nuestra derecha. Se
trata de la Laguna Dulce de Zorrilla y más tarde la Honda y la Salada. Después
de varios kilómetros de un camino bastante rompe piernas vemos en alto el Castillo
de Espera y la carretera que lleva al pueblo, que se encuentra justo detrás.
Durísima rampa final |
primeras rampas |
La subimos no sin dificultad por
su desnivel hasta llegar a una rotonda donde nos encontramos con la calle que sube
al Castillo y en este punto es donde se empina la carretera con unas rampas
impresionantes que nos hacen dudar por momentos si podremos con ellas. La
última rampa empedrada que llega a las faldas del Castillo no sé qué desnivel
tendrá pero fue durísima.
Visitamos el Castillo y el Pueblo que por cierto
tiene una historia impresionante.