Vamos a ver cómo bajar cuando son tan empinadas, que hay que ponerse totalmente atrás del asiento.
Como siempre hay que empezar con una fácil e ir subiendo la dificultad, esto se aprende con tiempo y muchos intentos.
Si lo ves difícil, trata de mirarlo antes e incluso caminarlo y ver qué tipo de terreno es y qué dificultades tiene, luego lo pruebas con la bici.
La idea es tomar la zanja con la rueda delantera en la parte alta y la trasera un poco en la parte baja.
La parte alta seria afuera de la zanja, “el borde”. Y la parte baja es la cercana al fondo.
Si eventualmente la rueda delantera cae en la zanja, no vamos a poder controlar la acción y vamos a estar obligados a tomar la dirección de la zanja.
Tienes que ponerte casi con el pecho tocando el asiento, y el peso en la parte alta de la zanja.
La idea es deslizarse hacia abajo en ángulo, lo que permite mejor control y tracción.
Además nos da la posibilidad de inclinar la bici hacia el lado alto de la zanja si las cosas se ponen feas.
Lo más importante, el freno delantero es para reducir la velocidad y el trasero para el control.
Esto permite llevar la velocidad adecuada.
El secreto es mantener la posición de la bici. Lo que queremos es bajar en ángulo.
Si te mantienes arriba o te vas al fondo de la zanja eso lo determina cuánto frenas.
Si aplicas mucho freno trasero la bici va caer al fondo de la zanja, cuanto menos frenes más se va quedar sobre el costado de la pared de la zanja.
La primera vez que lo pruebes, será más fácil si mantienes una velocidad baja.
Usa los frenos por turnos, controlando la velocidad y reposicionando la postura de la trasera.
Cuando ves que tienes la posición adecuada, hay que ir soltando los frenos.
Presta atención a lo que queda al final, en general puede haber mucha tierra suelta o piedra. Para pasar adopta la posición normal en la bici.
“AHORA TE TOCA A TI PRACTICAR”